miércoles, 27 de diciembre de 2017

¿CÓMO TRATAR LA MUCOSITIS?


MUCOSITIS:

Es la inflamación de la mucosa periimplantaria sin signos de pérdida ósea alrededor de un implante en función se la define como mucositis.

PERIIMPLANTITIS

Es la presencia de inflamación con pérdida de hueso marginal periimplantario después del remodelado óseo biológico. 
Es una de las complicaciones biológicas más comunes y se considera una de las causas principales de fracaso implantológico.

La permanencia de la mucositis es alta y está presente entre el 19 y el 65% de los pacientes, siendo la media del 42.9% y la permanencia de la periimplantitis está entre el 1 y el 47% de los pacientes, siendo la media del 21.7%.



La adhesión de la placa bacteriana a la superficie del implante produce inicialmente mucositis, desencadenando una respuesta en el paciente similar a la gingivitis. 
Si este biofilm persiste en el tiempo puede evolucionar a periimplantitis, siguiendo el mismo proceso de gingivitis a periodontitis. 
Sin embargo, la disposición paralela de las fibras de colágeno desde la cresta alveolar hasta el margen gingival debido a la ausencia del cemento radicular y la menor vascularización de la mucosa periimplantaria debido a la ausencia del ligamento periodontal hacen que, ante la presencia de placa bacteriana, se produzca una respuesta inflamatoria más pronunciada y una progresión más rápida en implantes que en dientes.


El tratamiento de la patología periimplantaria implica el desbridamiento mecánico y la descontaminación de la superficie del implante con el fin de reducir la carga bacteriana. 


La terapia mecánica no quirúrgica es eficaz en mucositis y se realiza mediante curetas o puntas de ultrasonido de teflón o fibra de carbono y se pule mediante copas de pulir sin pasta abrasiva para evitar rallar la superficie del implante. Cabe decir que no hay consenso sobre si el uso adjunto de antisépticos locales o antibióticos locales y/o sistémicos mejora los resultados.


Se han descrito factores de riesgo locales y sistémicos que pueden hacer al paciente más susceptible a desarrollar enfermedad periimplantaria y pueden influir en el mantenimiento a corto y a largo plazo de los tratamientos implantológicos. 

Entre ellos se destacan el mal control de placa, la historia previa de periodontitis, el tabaco, la diabetes mellitus no controlada, la susceptibilidad genética, el consumo de alcohol, la ausencia de mucosa queratinizada, las características de la superficie del implante y la restauración protésica (presencia de cemento residual, restauración sobrecontorneada, ajuste inadecuado de la prótesis, prótesis no higienizable, sobrecarga oclusal, etc.).


Es necesaria una correcta planificación previa a la colocación de los implantes, teniendo en cuenta la cantidad y calidad del hueso receptor, el diseño del implante, la localización y posición del implante, la técnica quirúrgica utilizada, etc, ya que éstos tienen que absorber altas cargas funcionales. 


Finalmente, destacar que es de vital importancia INSTRUIR A LOS PACIENTES con una correcta higiene oral y realizar una prótesis sobreimplante con un diseño que permita una correcta higienización de la misma para permitir un adecuado control de placa y de la infección por parte del profesional y del paciente.

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