Una asignatura pendiente en la medicina y la odontología es el dolor del niño. Las razones se pueden encontrar dispersas en los diferentes aspectos culturales y programas de educación.
Cuando hablamos de la percepción del dolor o el tratamiento del mismo, generalmente pensamos que es una cuestión de adultos. Pero nos equivocamos al afirmar esto.
Los niños sufren dolor:
- En el parto mismo ya se genera una presión, tracción y torsión que producen dolor,
- En el proceso de crecimiento, el estiramiento de los huesos y el afloramiento de la dentadura son otra fuente de dolor severo.
- Las infecciones respiratorias, y los miles de traumatismos que derivan de golpes que se hacen jugando también son una fuente de dolor
Para apaciguar el dolor en esta edad, se utilizan analgésicos menores tipo Paracetamol e Ibuprofeno.
Recientemente en Argentina se ha desarrollado una nueva tecnologia que es conocida como Brix 3000, el cual es un gel enzimatico para remocion atraumatica de caries, cuyo paciente ideal seria un nino aunque puede ser para adultos tambien.
En cuanto a los procedimientos dentales, el dolor dental no es raro, por lo contrario, es relativamente frecuente y precisa atención y tratamiento.
Una medida muy simple pero no menos importante es la educación, los padres deben inculcarle a sus hijos los hábitos saludables de higiene y alimentación.
Otro esfuerzo educativo debería ser identificar la salud y a sus profesionales como amigos y no como enemigos.
Enseñarle a los niños a colaborar ayuda a minimizar las maniobras de ansiolisis, alivio de estrés o sedación.
Que una revisión sea normal para los niños mejora en gran cantidad la colaboración.
En ciertos casos se precisa sedación, y conviene aplicar ambientoterapia y premedicación con benzodiacepinas a dosis bajas por via oral.
Recientemente en Argentina se ha desarrollado una nueva tecnologia que es conocida como Brix 3000, el cual es un gel enzimatico para remocion atraumatica de caries, cuyo paciente ideal seria un nino aunque puede ser para adultos tambien.
En cuanto a los procedimientos dentales, el dolor dental no es raro, por lo contrario, es relativamente frecuente y precisa atención y tratamiento.
Una medida muy simple pero no menos importante es la educación, los padres deben inculcarle a sus hijos los hábitos saludables de higiene y alimentación.
Otro esfuerzo educativo debería ser identificar la salud y a sus profesionales como amigos y no como enemigos.
Enseñarle a los niños a colaborar ayuda a minimizar las maniobras de ansiolisis, alivio de estrés o sedación.
Que una revisión sea normal para los niños mejora en gran cantidad la colaboración.
En ciertos casos se precisa sedación, y conviene aplicar ambientoterapia y premedicación con benzodiacepinas a dosis bajas por via oral.
En otros casos mas complejos es necesario emplear sedación con medicación intravenosa, que deben ser tuteladas por un profesional de la anestesiología.
Los mandamientos de la actuación en pediatría:
- El tratamiento se debe acomodar a las características físicas del paciente. El niño tiene unas diferencias metabólicas, lo que implica que las farmacocinéticas y farmacodinámicas en muchas sustancias precisen un conocimiento específico.
- Debe calcularse siempre las dosis en función del peso corporal, evitando la generalización de dosis infantiles preconfiguradas o comprimidos llamados "pediátricos" que pueden acarrear dosis inadecuadas.
- La dosificación de los analgésicos o sedantes, como todos los medicamentos, debe hacerse con una prescripción especifica, evitando su uso a demanda no tutelado, que suele minusvalorar las necesidades y restar eficacia.
- Siempre debemos disponer de un plan B, esto es, una analgesia de rescate para completar picos de dolor más intenso ocasional o pérdidas de eficacia por otros factores.
- Si el dolor, se presenta en los primeros momentos de la vida, solo podremos hacer el diagnóstico con nuestra propia capacidad intuitiva y con los signos externos de dolor, como llanto, gritos inquietud, taquicardia, etc.
- Niños mayores de tres años ya interpretan escalas de colores o termómetros del dolor, incluso una escala como la de Campbell.
- A partir de los siete años, se puede emplear la escala visual-analógica igual que en los adultos.
- En cualquier caso siempre la observación de los adultos, sin llegar a obsesionarse ni correr a urgencias por cualquier nimiedad, resulta necesaria para interpretar la presencia del dolor en los niños.
Comentanos que te pareció la NOTA.
¿Que tema te gustaría que tratemos en la próxima?
Biografia: www.espidident.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario