Sabemos que el procedimiento restaurador con implantes consta de dos fases:
- La inserción del implante.
- La colocación de las coronas definitivas.
Entre ambas se lleva a cabo un proceso llamado osteointegración, que determina los resultados finales del tratamiento.
La planificación del tratamiento no es menos importante que las fases anteriormente mencionadas.
La sofisticación de la implantología obliga a realizar un adecuado estudio del paciente, y programar los pasos a seguir.
Esta etapa es indispensable, y debería ser el período al que mas tiempo se le dedique.
El objetivo de esta fase es que el tratamiento sea lo mas gratificante posible para ambas partes y también conseguir buenos resultados funcionales y estéticos.
El odontólogo debe realizar una historia clínica general, dental y periodontal.
Con esto estará al tanto de las contraindicaciones que presenta el paciente y conocerá las probabilidades de eficacia que tiene el tratamiento.
Antes de la colocación de los implantes es muy importante detectar la presencia de enfermedades graves de todo tipo, desde un proceso degenerativo hasta un trastorno psiquiátrico que no permitiría la colaboración del paciente.
Los implantes dentales están diseñados para cualquier paciente, pero si la salud general y bucal no es buena y estable, la edad puede llegar a ser un obstáculo.
En el caso de niños y adolescentes, el dentista debe tener en cuenta y asegurarse de que, en cada caso, el crecimiento òseo ha finalizado.
En esta fase de planificación el dentista debe estar al tanto de la calidad de higiene dental del paciente, y si posee el hábito de fumar, puesto que la mala higiene oral y el tabaquismo son un obstáculo para los implantes dentales.
Los siguientes pasos son la toma de radiografías ( para detectar alguna carie dental o enfermedad periodontal ) y también la toma de impresiones.
Este último paso sirve para:
Finalmente, otra herramienta clave puede ser el escáner de los maxilares, que ayudará a determinar definitivamente dónde y cómo insertaremos las piezas.
Con toda la información que se obtiene de esta primera fase de planificación, la satisfacción está asegurada, tanto a nivel funcional como a nivel estético.
En el caso de niños y adolescentes, el dentista debe tener en cuenta y asegurarse de que, en cada caso, el crecimiento òseo ha finalizado.
En esta fase de planificación el dentista debe estar al tanto de la calidad de higiene dental del paciente, y si posee el hábito de fumar, puesto que la mala higiene oral y el tabaquismo son un obstáculo para los implantes dentales.
Los siguientes pasos son la toma de radiografías ( para detectar alguna carie dental o enfermedad periodontal ) y también la toma de impresiones.
Este último paso sirve para:
- Obtener un modelo de la boca que incluya todas las características físicas.
- Permite estudiar detenidamente la distribución de los dientes restantes en la arcada del paciente, dónde se colocarán los implantes dentales y qué tipo de coronas dentales se van a necesitar.
- Confeccionar una férula a medida que actuará de soporte durante la cirugía implantológica.
- Facilitar la previsión y la simulación de los resultados deseados.
Finalmente, otra herramienta clave puede ser el escáner de los maxilares, que ayudará a determinar definitivamente dónde y cómo insertaremos las piezas.
Con toda la información que se obtiene de esta primera fase de planificación, la satisfacción está asegurada, tanto a nivel funcional como a nivel estético.
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